Jugando con el Beta: C1

Capitulo 1

Genial. Que buena manera de pasar mi día libre. Pensé mientras salía de mi Ford fiesta. Hoy me tocaba la tarea de mostrar la casa de mi hermano Azarias. Hace poco más de una semana que él se había emparejado oficialmente con Kaled y se habían mudado a una casa cerca de los padres de su compañero. Y siendo agente inmobiliario me ha pedido que venda este lugar. 

Az todavía temblaba cuando entraba a este lugar. Por eso hoy no estaba aquí.

Un auto se estaciono un delante del mío. Esa debe ser la interesada en la casa. Cuando la puerta se abrió lo primero que vi fueron un par de piernas hermosas y una falda acampanada negra con flores blancas que llegaba hasta las rodillas y unos zapatos de tacón.

Cuando la mujer salió y cerró la puerta del auto. Vi que su conjunto se completaba con una camisa blanca de mangas cortas y una cartera negra. Su cabello castaño enmarcaba su rostro.

Sus ojos me miraron y me perdí en un océano azul. Mi lengua se trabó y mi cerebro dejó de funcionar. Dios era una belleza.

-Hola, soy Jade Bron.- dijo extendiendo una delicada mano.

Recobrado un poco la  compostura tome su mano mientras me presentaba.

-Un placer conocerla. Soy Mike Warner.- dije dejando ir la suave mano.

¿Dijo Bron? Esa era la manada de zorros que habitaban el lado este de la ciudad. Levantando la nariz olfatee el aire y pude sentir el característico aroma de los zorros. Pero había algo más, un aroma a café recién hecho, a sábanas secadas al sol, un pastel recién horneado. Olía a hogar.

Compañera. Mi bestia lo entendió antes que la mente humana. Esta preciosa criatura era mi compañera.

-Podemos ver la propiedad?- no parecía afectada por mí. Capas todavía no ha sentido mi aroma.

Trague saliva para poder contestar. –Por aquí– Dije señalando el camino de entrada.– Es una hermosa casa, bien cuidada, de un solo piso.

Al llegar a la puerta me adelante para poder abrir la puerta. Haciendome a un lado le cedí el paso. Su fragancia golpeo mi nariz, enloqueciendo a mi tigre. La bestia solo quería reclamar lo que el destino le regalo.

–Los muebles vienen con la casa?

–Si, como veras tiene un lindo piso de madera que llega hasta la habitación.– Respondí mientras mi compañera veía detenidamente la sala de estar. –Esta casa cuenta con un concepto abierto.

Jade se acercó a la zona de la cocina y pasó su mano por la isla de la cocina. –Me gusta este mármol. Y la vista al patio desde el fregadero es preciosa. ¿Cuánto mide el patio?

–Son unos 60 metros, tu terreno seria hasta la línea de los árboles. Ideal para dejar correr a tu zorro.– Dije, haciéndole saber que no me había perdido ese detalle de ella. Abrí la puerta trasera para que ella me pudiera seguir, para observar el hermoso patio que bordeaba la propiedad.

–Tendría que poner una cerca no es seguro para Charly– Respondió pensativa.

¿Quien mierda es Charly? ¿Será su novio?¿Esposo? Quien sea, más vale desaparezca o lo hare desaparecer. Mi tigre gruñía con la perspectiva que algún otro tocara a mi compañera.

Seguimos con la vista guiada por la casa hacia las dos habitaciones y los dos baños. Como resistí la tentación de tirar a Jade a la cama y hacer cosas sucias sobre la cama, es una pregunta que nunca podre contestar.  Pero uno de los factores para aguantar fue que esa cama era la cama donde dormia Azarias.

Cerré la puerta mientras le preguntaba – ¿Te gusto la casa? ¿Estas interesada en hacer una oferta?

–Es una casa encantadora, me gusto mucho. Te llamo más tarde para hacer el papeleo para una oferta.

–Estoy a tu disposición. Llámeme en el momento que decida por la oferta.

Estreche su mano, antes de que se girara hacia su auto. Me quede quieto, parado allí en el porche, viendo su figura entrar al auto. Mi mente ya estaba planeando nuestro próximo encuentro.

***

Mi corazón latía como loco en mi pecho. Hoy me encontraría con Mike para firmar los últimos papeles para la compra de mi nueva casa.

Esa casa me enamoro tanto como me gusto mi agente inmobiliario. Mike era un sueño húmedo en dos patas. Con músculos sobre los músculos, su pecho parecía perfecto para apoyar mi cabeza después de una ronda de sexo salvaje. Y por lo que vi mientras me mostraba la casa él también estaba interesado.

Eso me preocupaba.

Él era un alfa con todas las letras de la palabra, y yo solo un simple beta, todos sabían que los alfas preferían a otros alfas para ayudar a mantener la manada o si tenía suerte un Omega que armonizara la manada. Pero nunca un beta, nunca alguien que no tiene buen olfato ni fuerza.

Debería dejar de soñar.

Mi zorro gemia de tristeza con solo pensar que Mike no me quisiera. Dios obviamente el hombre debe tener una fila de mujeres esperando por ocupar su cama.

Note lo vacío que estaba el café mientras entraba, Mike se sentaba en una de las mesas con vista a la calle. Sus ojos estaban en mi apenas cruce el umbral. El me dedico una sonrisa cuando noto que lo veía. Camine hacia él y estreche su mano mientras se ponía de pie para saludarme.

–Es un placer verte de nuevo.– Dijo mientras me hacia una seña para que me sentara.

–Espero que no me hayas esperado mucho.– Dije mientras me sentaba y tomaba el menú.

–Recién llego– Respondió con una dulce sonrisa. – Pensé que vendría con su esposo.

Eso me tomo desprevenida, o estaba tanteando el terreno o realmente parecía una mujer casada?

–Soy soltera, o piensa que una mujer solo compra una casa con el dinero de su esposo?– Odiaba a los hombres machistas, y no importaba que tan guapo es Mike nunca saldría con un hombre que despreciaba a las mujeres.

–No–respondió rápidamente notando mi enojo.–Es solo que una mujer tan linda debe tener varios pretendientes.

Una mujer…linda. Me sonroje al pensar que me consideraba linda.

–Por ahora estoy soltera, pero no vinimos a hablar de mi vida privada. ¡Tiene los papeles?– respondi cambiando de tema.

–Si claro– Saco unos papeles de un maletín y me los paso.

–Desean ordenar algo?– La camarera pregunto, cuando se acerco a nuestra mesa.

–Un licuado de banana con leche y un tostado. Gracias– Respondí

– Un café.

20 minutos después estaba terminado de firmar los papeles y mi licuado ya había desaparecido. Mike me observaba atentamente como si verme firmar fuera la cosa más fascinante del mundo.  Le pase la última hoja y el la guardo en su maletín.  

–Bueno, cuando la trasferencia sea aprobada te llamo para entregarte las llaves.

–Gracias, espero que sea rápido porque mi mudanza llega el jueves.

–Si no hay algún problema, te las entregare mañana o pasado.

–Está bien, Bueno espero tu llamada.– respondí dejando unos billetes sobre la mesa para pagar mi cuenta. Y tome mi cartera negra.

–Espera, te gustaría ir a cenar?– Pregunto Mike.

–Perdon, pero prefiero mantenernos en un tono formal hasta terminar nuestra transacción. – Dije poniéndome de pie. – Espero su llamado.

Y con eso me dirigí hacia el hotel donde me alojaba. Mike era guapo pero no era para mí.